"Loba Esteparia" "Teatro Mágico, no para cualquiera, entrada sólo para locos..."
sábado, febrero 24, 2007
Qué contradictorio...
"Me seducen las distancias lejanas, de Breviario de podredumbre"
Me seducen las distancias lejanas, el inmenso vacío que proyecto sobre el mundo. Crece en mí una sensación de vaciedad; se infiltra en mi cuerpo como un fluido ligero e impalpable. En su avance, como una dilación hasta el infinito, siento la presencia misteriosa de los sentimientos más contradictorios que ha acogido jamás el alma humana. Soy feliz e infeliz a la vez. Estoy exaltado y deprimido, desbordado por el placer y la desesperación en la más contradictoria de las armonías. Estoy tan alegre y tan triste que en mis lágrimas se reflejan el cielo y la tierra al mismo tiempo. Aunque sea solamente por la alegría de mi tristeza, querría que no hubiera más muerte en esta Tierra.
EmiLe CioRán
Así soy. Simple contradicción.
jueves, febrero 22, 2007
¡¡¡ No quiero escuchar más !!!
Cuando hoy escuché por diezmillonésima vez la palabra "Festival de Viña del Mar" tapé mis oídos, primero con mis manos, luego me puse unos tapones de oídos que tenían forma de audífonos Philips. Llegué a mi casa y encendí mi tele a perillas, y adivinen que programé, ¡¡¡síiiiiii!!!, el "Festival de Viña del Mar". ¿Inconsecuente o mentirosa? Ja! Sólo exagero.¿Exagerar? Todo el tiempo. No hay manera de defender un punto sin recargarlo. Mientras escribo abro mis oídos y se oye TOM JONES, y fué un acierto ya que comienza a cantar "The Reason" de Hoobastank...¿lo pueden creer? Tom Jones haciendo un cóver de Hoobastank...¿no debería ser al revés? ¡qué importa! Nada amo tanto como lo imprevisto, igualita a Vicente Huidobro. (¡qué fatua!) Me gusta esa canción. Vaya sorpresa. Vaya acierto prender mi tele a perillas, el tipo canta increíble. Un lujo. Por cierto, los Bunkers dijeron que serían teloneados esta noche por Tom Jones. ¡Ja!.
Y yo que estaba haciéndo cape-nane-nú si subir hoy al blog a Huidobro o Nietzsche. Wathever. Esta noche me sumerjo en la televisión y exageración. Y riman.
Y pasó otro día y me reconcilié otro tanto con esta ciudad, arribaron desde el sur aires “perplejos” que me tornan un poco más atractivas mis tardes y noches santiaguinas.
Y tiro del hilo de mi memoria y recuerdo que cuando ese aire perplejo parte rumbo al norte a unos 80 kilómetros de Santiago, más o menos a la altura de Llay-Llay, se transforma en huracán que embiste con todo entre los eucaliptos de algún bosque.
¡Oh, qué delicia! Jugar con fuego.
Y yo que estaba haciéndo cape-nane-nú si subir hoy al blog a Huidobro o Nietzsche. Wathever. Esta noche me sumerjo en la televisión y exageración. Y riman.
Y pasó otro día y me reconcilié otro tanto con esta ciudad, arribaron desde el sur aires “perplejos” que me tornan un poco más atractivas mis tardes y noches santiaguinas.
Y tiro del hilo de mi memoria y recuerdo que cuando ese aire perplejo parte rumbo al norte a unos 80 kilómetros de Santiago, más o menos a la altura de Llay-Llay, se transforma en huracán que embiste con todo entre los eucaliptos de algún bosque.
¡Oh, qué delicia! Jugar con fuego.
miércoles, febrero 21, 2007
Santiago me idiotiza.....y de difuntos.
Medianoche, pasado la medianoche. Santiago me idiotizaba. Me reconcilié con esta farsante ciudad al son de Massive Attack, de Coldplay, Portinshead y Beck, y un Habana Club Añejo, más la buena compañía de mi partner que se va a Brasil. (Amigo CUIDATE)Pero algo me inquieta, o estorba tal vez, me pesa. Creo que son recuerdos. Se terminó mi tiempo de vacación. Y retorno, y divago, me alejo de esta ciudad otra vez, y contemplo en mi memoria a Gonzalo Rojas, y me hundí, todo era como un sol del que nosotros fuimos solamente rayos, nosotros éramos dos partículas de la corriente LIBRE. Y una luna encendida y llameante que lo iluminaba todo me inundaba de recuerdos acaramelados, y lloraban de sed, y me pedían que los matara pronto, y en el intento aún los veo sangrientos entre las sábanas, teatro de nuestra guerra.
¿qué haré con su belleza convertida en cadáver?
¿los arrojaré por la ventana, después de reducirlos a polvo?
¿los enterraré después? ¿los dejaré a mi lado así, como tristes recuerdos?
No. Nunca lloraré sobre ningún recuerdo, porque todo recuerdo es un difunto que nos persigue hasta la muerte. Me acostaré con él. Lo enterraré conmigo. Despertaré con él. Todos los elegíacos (o melancólicos) son unos canallas. Santiago me idiotiza.
